miércoles, 6 de febrero de 2013

SOCORRO SOTO ALANÍS




La República en voz de sus poetas:
¿Y por qué escribir poesía en tiempos de miseria?
                                                                                                                 

Socorro Soto Alanís
                                                    Durango, México


Tiene razón el poeta Friedrich Holderlin cuando cuestiona el por qué escribir poesía en tiempos de miseria . . .  ¿Qué está pasando en México? ¿Cómo detener la masacre? ¿Por qué hemos descendido al eslabón más bajo de la condición humana? ¿Y cómo, quién, cuando se va a detener este espanto? . . . . las preguntas se quedan sin respuesta . . . 
Asistimos sobrecogidas al peor de los espantos. Presenciamos mudas y atónitas la barbarie mexicana sin atinar qué hacer, sin tener la fuerza, la organización y la valentía de frenar la descomposición social a la que nos han sometido.
Descorazonadas, tristes, indignadas asistimos al entierro de nuestros muertos, de 80 mil víctimas de la violencia, a la desaparición de 10 mil hermanas y hermanos, al desplazamiento forzado de más de 200 mil náufragos tierra adentro, lloramos al lado de viudas y huérfanos y el terror nos paraliza. El sonido de las armas de alto poder nos taladra los oídos y ensordece a una civilización que habita hoy la antigua Mesoamérica, territorio de Anáhuac.
Los dioses se enojaron, los demonios andan sueltos, o la maldición de La Malinche, o los emperadores modernos, esos que cargan igual su laptop y su Aka 47, sometidos por la droga que cultivan, que distribuyen, que venden y que consumen y se han olvidado de su condición humana. Desde sus cavernas más oscuras, la ambición por el poder y el dinero son sus propios dioses y demonios.
¿Qué sociedad hemos construido? ¿Qué seres humanos recorren todos los días los territorios de México con el propósito de matar? ¿En qué momento hemos perdido el rumbo? ¿Y de dónde han salido estos personajes macabros, que odian la vida, vampiros con la pulsión de muerte, con el instinto más salvaje como prioridad? Inventan cada día nuevas formas de violencia,,,, o acaso no, acaso sólo redescubren las formas más violentas del proceso histórico social y las modernizan. Porque como nos dice José Cueli: “La crueldad ha sido una constante en la historia de la humanidad, pero la apabullante variedad de sus manifestaciones actuales tanto en la vida pública como en la privada en México, hacen que su estudio sea confuso y enigmático”.
Llega a esta mesa de poetas sin ser invitada la economía y nos aclara que la violencia tiene su germen en la miseria, en la exclusión, en los 50 millones de pobres en pleno Siglo XXI y que México, que carga con la cruz que a propósito ha elegido, por su posición geográfica y por la exuberancia de sus territorios, está en el ojo de la codicia de la dictadura capitalista contemporánea.
Y ya no son sólo los “veneros de petróleo que nos escrituró el diablo”, como nos canta el poeta de Zacatecas, Ramón López Velarde, sino que ahora, en México se produce la flor más codiciada del planeta. Es más fácil y barato que la cocaína llegue a las fiestas, bares y cafés de Estados Unidos por las rutas de México, que por el Atlántico, o por el Polo Norte. Maldición mayor que la de la Noche Triste: México S. A. Producción y distribución de la mercancía más emblemática, cotizada y codiciada de la society gringa.
El capitalismo salvaje de hoy, crea y necesita consumidores voraces de: comida, ropa, autos, artículos electrónicos, ilusiones, DROGA y ARMAS y nos ha convertido en un país con una altísima necesidad de armas de alto impacto. No así de libros. Cierra las fronteras para el tránsito de personas, pero abre las fronteras para el tráfico de armas y droga. Este es el mejor y más redituable negocio del mundo y de la historia.
Compañeras poetas: Tomando en cuenta los últimos sucesos, el estado de emergencia nacional que vivimos, las baratijas que vomitan las y los merolicos del duopolio imperial de la televisión y la descomposición social que nos somete; nos urge, nos urge tanto alzar la voz en todas las plazas, en las alamedas, en las explanadas y convocar a la paz, a la concordia, a la misericordia, al perdón y a la vida.
¡¡Ja Ja Ja Ja!! se escucha al Payaso de las Bofetadas caerse de la risa. ¿Y quién nos va a escuchar? Entonces quemaremos los libros de poesía. Nos rendiremos ante los Santos Barones de la Oscuridad. Nos rendiremos ante la atrocidad, el espanto y la barbarie.
¿Y por qué escribir poesía en tiempos de miseria? Nos cuestionamos hoy las poetas . . .  Para sobrevivir. Para espantar al espanto. Para convocar a las musas. Para limpiar el aire. Para lavar la sangre de nuestros muertos. 
Es tan breve nuestro espacio y tan enorme la embestida contra la cultura. Pero desde la exclusión, desde la nada, afuera de la República de la que Platón nos expulsó  y desde la República de las letras que hoy nos convoca, desde nuestro breve espacio, en el cual nos sentamos a escribir, desde este “mutilado territorio” otra vez López Velarde, tendremos que intentar:
Que a las niñas y niños les llegue una línea poética, escrita aunque sea en papel reciclado.
Que los jóvenes tengan acceso a las lecturas de los grandes poetas.
Que las mujeres crean y ejerzan una vez más el romanticismo.
Que los hombres que escondidos en la oscuridad preparan sus armas para matar, se coiban, se ruboricen, se humanicen y dejen su condición de bestias.
Que los futuros funcionarios (porque estos ya se van) se preocupen y ocupen en la realización de programas de fomento a la lectura, de edición de libros, apoyo a la  creación y por la apertura de museos, bibliotecas, casas de cultura en todo el territorio.
Ya sé que estoy soñando y que vendrán otros seis años, en el cual las poetas habremos de andar pidiendo limosna, recorriendo las instituciones culturales, las burocracias más estúpidas e incompetentes, porque “Cuando la insensatez ocupa la vida pública, la poesía tiene la razón”, según el filósofo alemán Theodor Lessing.
Pero no, las poetas no nos damos por vencidas, la palabra nos hace libres, tercas, valientes con la ele y la te como escuderos, somos guerreras de la palabra y estoy cierta que NUNCA daremos un paso atrás. 
La resistencia, la terquedad, nuestra apuesta por un México más humano, igualitario, solidario y en paz es y será uno de nuestros más caros propósitos. La poesía por la poesía, el arte por el arte es muy válido. Buscar las palabras, desnudarlas, encontrar su significado, recrear al mundo, tiene un gran significado para el oficio de poeta.
Pero además de eso, queremos denunciar con profundo dolor las atrocidades de nuestra especie, de nuestra generación, de nuestro tiempo: Poetas en tiempos de violencia.
Cobra sentido el amor de Paris y Helena que nos contó Homero, pero más nos estremece el significado del honor, la gloria y la valentía de los antiguos griegos. Ese es el oficio de las poetas.
De la misma manera la poesía mexicana hoy se desliza entre el amor y el odio, entre la propuesta y la destrucción, entre el romanticismo y la violencia, entre el odio y el amor. Nos sacuden por un lado los latidos del corazón, el ímpetu de los 132 y por el otro el “sonido y la furia” de rifles y metralletas:
traca… traca… traca… traca… 
                                             trac… trac… trac… 
                                                                                    tra… tra… tra… 
y la sangre se desliza por todos los rincones de nuestra República mutilada. Cómo cambiar las balas por poemas, los decapitados por jóvenes becados, las metralletas por bibliotecas, las narco mantas por lonas poemas y que de los puentes cuelguen las palabras. Esas son nuestras tareas en estos días, en esta nuestra patria.

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